Hoy mi mamá me mandó al super mercado a comprar lechuga, sin especificar. Al llegar me topo con ¨lechuga italiana y lechuga romana¨. Mi mente rápidamente pensó:
_A ver, una es de Roma, una ciudad dentro de Italia, entonces ambas lechugas técnicamente son italianas, quizás una puede ser de Florencia, de Milán o de Nápoles, después me puse a pensar en equipos de fútbol italiano que llevan nombres de ciudades. Luego pensé en la antigua Roma, una civilización que dejó una marca indeleble en la historia. Roma fundada según la leyenda en el 753 a.C. y cómo se convirtió en el centro de uno de los imperios más grandes y duraderos del mundo antiguo. La lechuga romana me llevó a imaginar cómo se cultivaban y consumían alimentos en aquellos tiempos, y cómo la agricultura era una parte fundamental de la economía romana. Y pensé si la lechuga romana hace alusión al imperio romano, entonces no tiene que ser italiana precisamente, ya que dicho imperio se expandió por toda Europa, parte de Asía y África.
En medio de esta rica divagación histórica y cultural, una señora me interrumpe para preguntarme:
_Oye hija, ¿ Vas a comprar lechuga o no?
Ya llevas mucho tiempo parada ahí nada más viéndolas
Ése momento fue un recordatorio de cómo nuestras mentes pueden viajar a través de los siglos y continentes en cuestión de segundos, sólo para ser traídas de vuelta a la realidad por una simple interacción cotidiana. En un momento podemos ser sumergidos en pensamientos profundos sobre la historia, cultura o algún ser amado, la mente humana tiene la capacidad de vagar libremente, explorando entre el pasado y el presente.
Al final me llevé las dos lechugas
Gracias mil por estar, dejo un enorme abrazo con mucho cariño, su siempre amiga mexicana___________Kimera
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