La niña llegó a su casa con los ojos enrojecidos y la cara triste.
Qué te pasa? – Le dijo su padre.
No es nada, no es nada, estoy bien, – contestó la niña yendo corriendo a su habitación.
Pero el padre no se quedó contento con la respuesta y preocupado por su niña, fue a su cuarto a preguntarle.
¿Qué tienes? ¿algo te preocupa?, le preguntó el padre.
Que no es nada, solo quiero estar sola.
El padre reflexionó unos segundos por la respuesta de su hija y de nuevo le habló:
¿Puedo hablar contigo? Es que necesito un consejo tuyo.
La niña, al escuchar aquellas palabras sin saber bien cómo reaccionar ante tal petición, se sentó en su cama y miró a su padre.
Entonces el le dijo:
Verás, necesito contarle un cuento a tu hermana pequeña para que se duerma y ya se sabe todos, no sé cual contar, ¿Podrías decirme tú uno que pudiera gustarle?
La niña tratando de demostrar normalidad le dijo a su padre con seriedad.
No sé, cuéntale un cuento fácil, seguro que le gustará, dijo la niña con la voz derrotada.
¿Uno fácil? Uno… ¿fácil? – volvió a repetir su padre. intentando entender a su niña.
Si, uno fácil, léele un cuento fácil, – dijo la hija.
El padre se quedó meditando y sin llegar a comprender lo que su hija pedía no tuvo más remedio que decirle:
¿Y cuál podría ser para ti un cuento fácil?
Y la niña como si le fuera a dar una lección a su padre, sentada en su cama y con los ojos aún enrojecidos, cruzó los brazos en actitud de adulto y le explicó a su padre:
Pues por ejemplo un cuento en el que dos conejitos van al campo con su mamá y uno se escapa y entonces le buscan por todo el bosque y al final le encuentran, estaba comiendo moras, pero cuando vio la cara de susto de su mamá le pidió perdón y prometió no volver a hacerlo y se fueron todos juntos felices a su casa.
El papá miro a su niña con asombro, no solo acababa de inventarse un cuento bonito sino que además el mensaje era educativo. Pero confuso aún por el título que le había puesto le dijo a su niña:
¿Y por qué a ese cuento le llamas el cuento fácil?
La niña sin demostrar ni un ápice de sorpresa por la pregunta le dijo a su padre:
Pues porque es un cuento fácil ¿no lo ves?. Es un cuento feliz, sencillo de contar y de entender, seguro que le gustará y se dormirá enseguida.
Y su padre, intrigado por tal respuesta se atrevió a preguntarle de nuevo a su niña.
No lo entiendo bien, si ese es un cuento fácil, entonces ¿cuál podría ser un cuento difícil?.
Es que ahora no puedo contarte un cuento difícil, no puedo papi, y con los ojos llorosos, calló y bajó la mirada sin decir nada más.
Su padre, al comprender que algo le pasaba a su niña, le dijo así:
Mira mi niña, antes de ir a contarle ese cuento fácil que me has dicho a tu hermana, ¿por qué no me cuentas ahora un cuento difícil a mi?
La niña se quedó pensativa unos segundos y habló de esta manera:
Esta mañana me entere de una amiga que esta muy grave, esta muy mal en el hospital y yo....no entiendo porque a personas tan maravillosas y nobles, les pasen cosas malas de verdad que no lo entiendo papi.
El padre con la voz entrecortada por lo que estaba escuchando le dijo:
Mi niña y ¿por qué no me has contado esto?
Porque las tristezas, el dolor o las cosas que no terminan bien, me dan miedo, no me gustan, son cuentos difíciles de contar papi, – dijo la niña rompiendo a llorar y sintiéndose aliviada al descargar la verdad de sus emocionados ojos en la dulce mirada de su padre.
Entonces el padre abrazó con fuerza a su niña y compartió unos minutos el llanto, luego mirándole a los ojos le dijo:
Mira, cuando seas más mayor me gustaría que recordaras este consejo que te doy ahora, ¿vale?.
" esperando que me leyeran un cuento "
¿Qué consejo es ese papá?, dijo la niña buscando la ternura en la mirada de su padre.
Esta vida, a veces, es como una colección de cuentos infantiles, todos queremos siempre escuchar los cuentos fáciles, de final sencillo y feliz, pero las personas más valiosas de tu vida serán aquellas que se paren a escuchar y entender tus cuentos difíciles. Yo tampoco entiendo porque suceden estás cosas, ella está en buenas manos y con el cariño de todos estoy seguro que pronto se pondrá bien. Mi niña hay cosas que por mucho que quieras no se pueden entender. ¿Por qué no le escribes a tu amiga un cuento fácil? así cuando esté mejor se lo llevamos, seguro que le va a encantar.
Si papi le voy a escribir el cuento más fácil y bonito del mundo... gracias papá por estar siempre al pendiente de nosotras, te amamos y sé que todas mis amistades te tienen mucha estima porque conocen la calidad de persona que eres y aunque esto pareciera un cuento, no lo es pero a veces quisiéramos ser niños y vivir con la inocencia de ellos...mil gracias por sus apreciables visitas, les deseo un fantástico martes, que lo disfruten al máximo y que estén siempre rodeados de buena vibra y mucho amor...con mucho cariño, su amiga mexicana__________Kimera