lunes, 16 de noviembre de 2015

MI CUENTO FÁCIL







La niña llegó a su casa con los ojos enrojecidos y la cara triste.

– Qué te pasa? – Le dijo su padre.
– No es nada, no es nada, estoy bien, – contestó la niña yendo corriendo a su habitación.

Pero el padre no se quedó contento con la respuesta y preocupado por su niña, fue a su cuarto a preguntarle.

– ¿Qué tienes? ¿algo te preocupa?, le preguntó el padre.
– Que no es nada, solo quiero estar sola.

El padre reflexionó unos segundos por la respuesta de su hija y de nuevo le habló:
– ¿Puedo hablar contigo? Es que necesito un consejo tuyo.

La niña, al escuchar aquellas palabras sin saber bien cómo reaccionar ante tal petición, se sentó en su cama y miró a su padre.

Entonces el le dijo:
– Verás, necesito contarle un cuento a tu hermana pequeña para que se duerma y ya se sabe todos, no sé cual contar, ¿Podrías decirme tú uno que pudiera gustarle?

La niña tratando de demostrar normalidad le dijo a su padre con seriedad.

– No sé, cuéntale un cuento fácil, seguro que le gustará, dijo la niña con la voz derrotada.

– ¿Uno fácil? Uno… ¿fácil? – volvió a repetir su padre. intentando entender a su niña.
– Si, uno fácil, léele un cuento fácil, – dijo la hija.

El padre se quedó meditando y sin llegar a comprender lo que su hija pedía no tuvo más remedio que decirle:

– ¿Y cuál podría ser para ti un cuento fácil?

Y la niña como si le fuera a dar una lección a su padre, sentada en su cama y con los ojos aún enrojecidos, cruzó los brazos en actitud de adulto y le explicó a su padre:

– Pues por ejemplo un cuento en el que dos conejitos van al campo con su mamá y uno se escapa y entonces le buscan por todo el bosque y al final le encuentran, estaba comiendo moras, pero cuando vio la cara de susto de su mamá le pidió perdón y prometió no volver a hacerlo y se fueron todos juntos felices a su casa.

El papá miro a su niña con asombro, no solo acababa de inventarse un cuento bonito sino que además el mensaje era educativo. Pero confuso aún por el título que le había puesto le dijo a su niña:

– ¿Y por qué a ese cuento le llamas el cuento fácil?

La niña sin demostrar ni un ápice de sorpresa por la pregunta le dijo a su padre:

– Pues porque es un cuento fácil ¿no lo ves?. Es un cuento feliz, sencillo de contar y de entender, seguro que le gustará y se dormirá enseguida.

Y su padre, intrigado por tal respuesta se atrevió a preguntarle de nuevo a su niña.

– No lo entiendo bien, si ese es un cuento fácil, entonces ¿cuál podría ser un cuento difícil?.

– Es que ahora no puedo contarte un cuento difícil, no puedo papi, y con los ojos llorosos, calló y bajó la mirada sin decir nada más.

Su padre, al comprender que algo le pasaba a su niña, le dijo así:

-Mira mi niña, antes de ir a contarle ese cuento fácil que me has dicho a tu hermana, ¿por qué no me cuentas ahora un cuento difícil?

La niña se quedó pensativa unos segundos y habló de esta manera:

– Esta mañana en el cole no estaba mi amigo Carlos que se sienta a mi lado siempre, porque unos chicos más mayores le pararon en la calle, le pidieron el reloj y como no quería dárselo le han pegado y está muy mal en el hospital,  y yo… no entiendo papi.

El padre con la voz entrecortada por lo que estaba escuchando le dijo:

– Mi niña y ¿por qué no me han contado esto?

– Porque las tristezas, el dolor o las cosas que no terminan bien, me dan miedo, no me gustan, son cuentos difíciles de contar papi, – dijo la niña rompiendo a llorar y sintiéndose aliviada al descargar la verdad de sus emocionados ojos en la dulce mirada de su padre.

Entonces el padre abrazó con fuerza a su niña y compartió unos minutos el llanto, luego mirándole a los ojos le dijo:

– Mira, cuando seas más mayor me gustaría que recordaras este consejo que te doy ahora, ¿vale?.
(llorando en los brazos de mi papá)

-¿Qué consejo es ese papá?, dijo la niña buscando la ternura en la mirada de su padre.

Esta vida, a veces, es como una colección de cuentos infantiles, todos queremos siempre escuchar los cuentos fáciles, de final sencillo y feliz, pero las personas más valiosas de tu vida serán aquellas que se paren a escuchar y entender tus cuentos difíciles. Yo tampoco entiendo porque han pegado a tu amigo Carlos, pero seguro que pronto se pondrá bien. Mi niña hay cosas que por mucho que quieras no se pueden entender. ¿Por qué no le escribes a tu amigo un cuento fácil? así cuendo esté mejor se lo llevamos, seguro que le va a encantar.

– Si papi le voy a escribir el cuento más fácil y bonito del mundo... Así es mi papá, siempre al pendiente de nosotras sus hijas, te amamos papá.






















BUEN DÍA Y BUEN INICIO DE SEMANA Y PARA LOS QUE TENEMOS PUENTE A SEGUIR CARGANDO LAS PILAS Y PARA LOS QUE NO, NO SE PONGAN TRISTES, HAY MUCHAS PERSONAS QUE DESEAN ENCONTRAR UN TRABAJO, ASÍ QUE A CUIDAR NUESTRO MEDIO DE SUSTENTO, DE NUEVOOOOO MUCHÍSISISISISISIMAS GRACIAS POR LAS MUESTRAS DE CARIÑO Y POR SUS LINDAS VISITAS, LES DEJO MI SALUDO, MI CARIÑO, SU AMIGA MEXICANA___________KIMERA

No hay comentarios: