domingo, 3 de agosto de 2014

Actitud



Un hombre de 92 años, bajo, muy bien vestido, quien cuidaba mucho su apariencia, se está cambiando a una casa de ancianos hoy.  Su esposa de 70 años murió recién y él se vio obligado a dejar su hogar. Después de esperar varias horas en la recepción, gentilmente sonríe cuando le dicen que su cuarto está listo.

Conforme camina lentamente al elevador, usando su bastón, yo le describo su cuarto, incluyendo la hoja de papel que sirve como cortina en la ventana.

“Me gusta mucho”, dijo, con el entusiasmo de un niño de 8 años que  ha recibido una nueva mascota.

“Señor, usted aún no ha visto su cuarto, espere un momento, ya casi llegamos”.

“Eso no tiene nada que ver”, contesta. “La felicidad yo la elijo por adelantado.  Si me gusta o no el cuarto no depende del mobiliario o la decoración, sino de cómo yo decido verlo. Ya está decidido en mi mente que me gusta mi cuarto. Es una decisión que tomo cada mañana cuando me levanto. Yo puedo escoger: Puedo pasar mi día  en cama enumerando todas las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan bien, o puedo levantarme y dar gracias al cielo por aquellas partes  que todavía trabajan bien.”


Mmmm cada día es un regalo y mientras nosotros podamos abrir los ojos y enfocarnos en un nuevo día, eligiendo ser positivos, teniendo en cuenta siempre todos los recuerdos felices que hemos construido en nuestra vida, ahora llegar a la vejez es un regalo, pues no todos pueden llegar y sé por varias personas mayores ya todos abuelitos, siempre los he escuchado decir que la vejez es como una cuenta bancaria, tú retiras al final lo que has depositado durante toda tu vida, y que siempre pero siempre estamos viviendo de recuerdos, aun siendo jóvenes, que el mejor consejo para nosotros es que depositemos la felicidad, para que tengamos una buena cuenta bancaria de recuerdos, así que yo agradezco que sean parte de mi cuenta, con recuerdos felices, los cuales todavía sigo llenando.......Xoxo espero que sea por un buen tiempo más.











Mi bello Guardián.





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