SONATA "CLARO DE LUNA" DE BEETHOVEN 🕂
Se cuenta que una noche, Beethoven y un amigo estaban caminando por las calles de Bon, y, al pasar por uno de los barrios más pobres, se sorprendieron de oír música, bien interpretada, proveniente de una de las casas.
Beethoven, con su usual intrepidez, cruzó la calle, abrió la puerta de un empujón, e ingresó a la casa sin anunciarse. La habitación era precaria, y estaba iluminada por una débil vela.
Un hombre joven se encontraba trabajando sobre un banco de zapatero en un rincón. Una joven mujer, aún casi una niña, estaba sentada a un viejo piano cuadrado.
Ambos se sobresaltaron por la intromisión, pero su sorpresa no fue mayor que la de Beethoven y su amigo al enterarse que la joven era ciega.
Beethoven, un tanto confundido, se apresuró para disculparse, y explicó que había quedado tan impresionado con la calidad de ejecución de la joven, que había apresurado por averiguar quien era que estaba tocando en ese mismo momento esa noche y en ese barrio de la ciudad.
Luego, preguntó amablemente a la muchacha dónde había aprendido a tocar, a lo cual ella respondió que una vez habían vivido al lado de una mujer que estudiaba música, y quien pasaba gran parte de su tiempo practicando las obras del gran Maestro, Beethoven.
Ella había aprendido a tocar muchas de las piezas del Maestro tan sólo oyendo practicar a su vecina. El hermano de la joven los interrumpió en ese momento para saber quienes eran los intrusos, y que seguramente habían notado la pobre interpretación de su hermana. ¡Escucha! Dijo Beethoven, mientras caminaba hacia el piano, luego se sentó y tocó los acordes iniciales de su Sonata Claro de Luna.
Lágrimas cayeron de los ojos de la muchacha al momento en que ella reconoció la música, y luego con una voz trémula, le preguntó a él si era posible que fuera el gran Maestro en persona. “Si” respondió Beethoven; “tocaré para ti”.
Luego de unos momentos, mientras tocaba una de sus composiciones más viejas, la vela parpadeó, y se apagó. La interrupción pareció romper el tren de su memoria. Beethoven se levantó, fue hacia la ventana, y la abrió, inundando la habitación con la luz de la luna.
Luego de meditar unos momentos, se volvió y dijo: “Improvisaré una sonata a la luz de la luna”. Luego siguió la maravillosa composición que conocemos tan bien.
Sin embargo, para introducir un frío y desagradable aspecto a este relato tan poético, debemos saber que debido el método de escritura de Beethoven y a su hábito de retocar, revisar y pulir una y otra vez sus manuscritos, es probable que la improvisación de aquella noche fuera mucho más aburrida que el trabajo final.
El primer movimiento de la sonata “Claro de Luna” es lento, majestuoso y sombrío, como un hermoso y formal jardín que yace ilusionado en la oscuridad de la noche. Luego aparece silenciosamente escabulléndose bajo la sombra del acompañamiento, una triste e infinitamente amorosa melodía, que impregna todo el movimiento, hasta que el completo significado de su espeluznante y mística belleza es revelado; incluso mientras la luna naciente gradualmente baña nuestro oscuro jardín en un esplendor plateado.
Luego de una pausa sin respiros, comienza el segundo movimiento, y nuestro jardín se llena de repente con espíritus danzantes, etéreos y delicados, como sabemos que deben ser los espíritus, pero moviéndose con un abandono de ritmo que lo lleva lejos en un remolino de placer.
Un corte repentino, otro silencio de suspenso, y comienza el tercer movimiento: como una ráfaga de viento que azota los árboles y envía a los espíritus a refugiarse a toda prisa, las notas caen apresuradamente, arremolinándose, como suele hacerlo el viento. Las nubes corren deprisa por el cielo, pero incluso ahora y entonces por entre los claros, se ve la luna cabalgando majestuosamente, inundando el tortuoso jardín con dulces y serenas melodías de luz. —
Nota: Son dos leyendas que han llegado hasta nuestros tiempos, no sé cuál sea auténtica ni falsa, no por ello dejan de ser interesantes.
Beethoven estaba abatido por el fallecimiento de un príncipe en Alemania, que era como un padre para el. Lo que lo hizo sufrir de una gran carencia afectiva.
Su madre por desgracia murió muy joven. Su hermano biológico nunca lo ha ayudado, y los síntomas de sordera comenzaban a perturbarlo a un punto que lo dejaba irritado y nervioso.
Beethoven solo podía oír usando una especie de trombón en el oído. También el llevaba siempre consigo un papel o un cuaderno para poderse comunicar, pero no todo tenían paciencia para leer sus apuntes.
Notando que nadie lo entendía y ni lo ayudaba, Beethoven se retrajo y se aíslo. Fue por eso que gano la fama de misántropo. Y por todas esas razones fue que el músico cayo en una profunda depresión. Hasta llego a escribir un testamento diciendo que se iba a suicidar.
Cuando todo parecía estar perdido para el, llego una muchacha ciega que vivía en la misma modesta pensión en la que el se había mudado. En un momento la muchacha le dijo casi gritando " Yo daría todo por poder ver una noche de luna...". Beethoven se emociono tanto que hasta largo unas lagrimas.
El podía poner su arte en sus composiciones, entonces las ganas de vivir se le renovaron y compuso una de las piezas mas hermosas: "Sonata Claro de luna".
En la canción la melodía limita los pasos lentos de una persona ( posiblemente los suyos) que llevan al cajón mortuorio del príncipe, su protector.
Mirando al cielo plateado por la luna, y recordando a aquella muchacha ciega, y preguntándose el por que de la muerte de un mecenas tan querido, se dejo sumergir en un momento de profunda meditación...
Años después de a haber superado el sufrimiento, llegara el incomparable "Himno a la alegría", la 9na sinfonía que corona la misión de este compositor, ya completamente sordo. Himno a la alegría expresa su gratitud a la vida por no haberse suicidado. Todo gracias a aquella muchacha ciega, que le inspiro el deseo de traducir en notas musicales, una noche de luna. usando la sensibilidad, Beethoven retrato, a través de la melodía, la belleza de una noche bañada por la claridad de la luna, para alguien que no podía verla...
Mil gracias por sus apreciables visitas. GRACIAS MUCHAS GRACIAS POR ESTAR, dejo un enorme abrazo con mucho cariño a todos ustedes, su siempre amiga mexicana_________Kimera
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