Todos los años, cuando la Navidad se acerca, viene a mi imaginación el recuerdo de "la pequeña puerta" por la que se entra a la Basílica de Belén, bajo la cual se encuentra la gruta en que nació Jesús.
Una extraña puerta de poco más de un metro de altura y que resulta desconcertante como único acceso a tan hermosa basílica.....
Alguien me ha explicado que la pequeñez de esa entrada tiene un profundo sentido teológico, y es que sólo hay dos maneras de acercarse a Cristo, a Dios y a la alegría: o siendo niños o agachándose.
Esto es ciertísimo: la Navidad no es apta para mayores. No es apta para orgullosos, para importantes, para los estirados que se creen menos hombres si se arrodillan.
La Navidad (y la pureza, y la verdadera esperanza, y casi todas las cosas importantes) están hechas para los que tienen mucho corazón y pocas ambiciones, para los que no han salido de la infancia o han sabido regresar a ella.
Y lo malo como dice mi amigo Bernardo "una vez que se sale de la infancia ya no se puede regresar a ella más que por el camino de la santidad". O del gran amor.
Los días que se acercan son, efectivamente, el tiempo del gran asombro.
Y los que han perdido esa capacidad de asombrar ya no tienen otra forma de celebrar estos días que tratando de sustituir la verdadera alegría con el champan y los gorritos de colores.
Hace falta mucha fe para atreverse a creer en serio eso de que Dios se haya hecho hombre. Que un hombre se vuelva Dios, eso sí lo creemos fácilmente; tan orgullosos somos. Pero que Dios se vuelva bebé es algo que sólo a Dios se le puede ocurrir.
Por eso quien no se agache no se enterará de nada.
Para entender la Navidad hay que dejar la lógica sobre la mesilla y atreverse a creer en la locura.
Claro que cuando se ama se hacen siempre locuras y el que más ama tiene que agacharse más .
No se puede estar enamorado sin hacer disparates.
Y el Dios que hizo ya bastantes creando al hombre libre y exponiéndose a sus rebeliones; el Dios que siguió haciéndolos dedicándose a perdonar a los hombres, batió su propia marca haciéndose chiquillo.
Pero todo esto son tonterías para los "listos" de este mundo: para todos esos que creen que el hombre se hace menos hombre cuando se arrodilla; para cuantos nunca sabrán pasar la PEQUEÑA PUERTA que conduce a Belén y a la alegría.
Bellos amigos mil gracias por sus apreciables visitas, deseo que estén tomando las medidas necesarias para evitar contagios, cuídate sólo así cuidas a los que amas, al igual espero que no haga tannnnto frío y lluvias por donde estén que acá si hace muuuucho frío, dejo un enorme abrazo con mucho cariño su siempre amiga mexicana__________Kimera
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