En 1862, el país estaba en bancarrota debido a medio siglo de conflictos y guerras casi constantes. No podía hacer frente a las necesidades más urgentes, por lo que el 17 de julio de 1861, el presidente Benito Juárez decretó una prórroga de dos años para pagar la deuda externa a países europeos. En octubre de 1861, Francia, Inglaterra y España se suscribieron a la Convención de Londres y se comprometieron a enviar militares a México para reclamar sus derechos como acreedores por una deuda que ascendía alrededor de 80 millones de pesos. Aproximadamente 69 millones eran para los ingleses, 9 millones para los españoles y 2 millones para Francia. Se negaron a negociar, por la vía diplomática, los términos y condiciones en los que se pagaría la deuda posteriormente.
Así que Napoleón III, gobernante de Francia, decidió invadir México para establecer una monarquía favorable a Europa, surtirse de materias primas y en un futuro extender su imperialismo a Estados Unidos. Con ese fin, debía disolver el Gobierno mexicano establecido por el Presidente Benito Juárez.
Juárez sabía que era imposible evitar un conflicto con Francia, por lo que ordenó la fortificación de Puebla para proteger la Ciudad de México. Para ello, creó el Ejército de Oriente que estaba a cargo del general Ignacio Zaragoza.
En abril de 1862 los franceses desembarcaron en el puerto de Veracruz, y emprendieron la campaña militar hacia el centro de la República. Después de varios ataques el 5 de mayo de 1862 se dio la batalla que tuvo lugar en el cerro de Loreto, en cuya cima se encontraba una capilla acondicionada como fuerte para defender la ciudad de Puebla.
El héroe de la primera batalla de Puebla fue el general Ignacio Zaragoza al mando de casi 2000 soldados y 2700 campesinos usando machetes y lanzas llamadas "chinacas" de madero con punta de metal. Los franceses usaban pistolas, carabinas con punta de metal, bayonetas y cañones. El informe que el general Zaragoza rindió sobre la Batalla de Puebla al presidente Benito Juárez fue breve y significativo.
Las armas nacionales se han cubierto de gloria. Las tropas francesas se portaron con valor en el combate y su jefe con soberbia, necedad y torpeza.
La primera victoria de México no duró mucho tiempo. Un año después, treinta y cinco mil tropas francesas lograron derrotar al ejército mexicano, y de esa forma Francia logró tomar control de la Ciudad de México e impusieron al austriaco Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota como emperador y emperatriz de México.
El emperador no sostuvo por mucho su imperio: la victoria de Francia duró sólo 3 años. En 1867, y debido a la conflictiva situación en Europa y a la presión de Estados Unidos, el emperador Napoleón III ordenó retirar el apoyo militar y económico a Maximiliano. Al mismo tiempo los republicanos mexicanos comenzaron a recibir respaldo financiero y diplomático estadounidense al concluir en aquel país la Guerra de Secesión, y el novel imperio comenzó a perder su endeble base social.
Así las cosas, durante 1866 los republicanos fueron ganando importantes posiciones hasta dejar reducida el área de influencia imperial a Puebla y Veracruz. El 2 de abril de 1867, tropas encabezadas por el juarista Porfirio Díaz tomaron la ciudad de Puebla con lo que militarmente el imperio fue aniquilado. El emperador Maximiliano, para entonces sitiado en Querétaro, fue hecho prisionero y fusilado en la ciudad de Querètaro en "El Cerro de las Campanas".
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