Esta es una historia de familia que me contó mi padre acerca de su madre, mi abuela.
En 1949 mi padre acaba de regresar de la guerra.
En todas las autopistas estodounidenses se veían soldados en uniforme que buscaban transporte para llegar a casa, como era cotumbre en aquella época.
Tristemente la emoción del encuentro con su familia pronto se vio ensombrecida.
Mi abuela enfermó gravemente y tuvo que ser hospitalizada.
Eran sus riñones y los médicos le dijerona mi padre que necesitaba una transfusión de sangre de inmediato; de lo contrario, no pasaría de aquella noche.
El problema era que su tipo de sangre era AB-, un tipo de sangre muy poco común incluso hoy día, pero aún más difícil de encontrar porque en esa época no había bancos de sangre ni vuelos para enviarla.
Se examinó a todos los miembros de la familia, pero ninguno tenía el tipo requerido.
Los médicos no daban ninguna esperanza; mi abuela se moría.
Bañado en lágrimas, mi padre salió del hospital para ir en búsqueda de la familia, para que todos tuvieran la oportunidad de despedirse de la abuela cuando conducía por la autopista, se cruzó con un soldado en uniforme que pedía transporte para llegar a casa.
Profundamente triste, mi padre no sentía en aquel momento el deseo de hacer una buena obra.
Sin embargo, fue casi como si algo ajeno a él lo obligara, se detuvo y aguardó mientras el extraño subía al auto.
Mi padre estaba demasiado perturbado para preguntarle su nombre, pero el soldado advirtió de inmediato las lágrimas de mi padre y averiguó el motivo.
Mi padre le contó a aquel completo extraño que su madre estaba muriendo en ese momento en el hospital porque había sido imposible encontrar su tipo de sangre, AB-, y que , de no encontrarlo antes de la noche, seguramente moriría.
Hubo un gran silencio en el auto.
Luego el soldado no identificado le extendió la mano a mi padre, con la palma hacia arriba.
En la palma de su mano estaba la identificación que llevaba alrededor del cuello.
El tipo de sangre indicado para ella era AB-.
El soldado le dijo a mi padre que regresaran de inmediato al hospital.
Mi abuela vivió hasta 1996 cuarenta y siete años más, y hasta la fecha nadie en la familia conoce el nombre del soldado.
Pero mi padre se pregunta a menudo:¿Fue realmente un soldado, o un ángel en uniforme?
PIENSO QUE LOS MILAGROS SI EXISTEN Y RECORDÉ UNAS PALABRAS QUE MI MAMÁ ME DIJO EL DÍA DE HOY....AYUDA SIEMPRE AL QUE SE ESTÁ AHOGANDO SIN TOMAR EN CUENTA SU RELIGIÓN O NACIONALIDAD...AYUDAR CADA DÍA A ALGUIEN TIENE QUE SER UNA NECESIDAD QUE SALGA DEL CORAZÓN.. QUE NO SE PLANTAN SEMILLAS DE COMIDA, SE PLANTAN SEMILLAS DE BONDADES..TRATA SIEMPRE DE HACER UN CÍRCULO DE BONDADES ESTÁS TE RODEARAN Y TE HARÁN CRECER MÁS Y MÁS.
La vida es frágil, nadie esta exento de nada.. Esta en cada uno vivir el día a día, perseguir la felicidad, conseguirla.. De elegir ser recordado u olvidado, somos andantes de este camino, en el cual conocemos a muchas amistades, con algunos convivimos más que con otros, pero cada uno de ellos siempre nos deja una huellita en nuestros corazones y esté es el caso de mi bella amiga Andrea "Hechizera", que le pido a Dios que le de la salud, para que este de nuevo con nosotros. Te queremos mucho bella, regresa ya.Te extrañamos.
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