sábado, 24 de noviembre de 2012


ENTRE TEMA Y TEMA SIEMPRE EXISTE UNA PAUSA


En una pausa no hay música, pero la música se
produce con ella.

En la melodía de toda nuestra vida, la música se
interrumpe aquí y allá por las pausas y pensamos
tontamente que hemos llegado al fin de la
melodía. 

¿Cómo lee el músico la pausa? 

Mírale mover el compás con un cálculo
invariable y pasar a la nota próxima con tal
precisión y firmeza como si no hubiese habido
interrupción alguna.

Es nuestro deber aprender la melodía y no
desmayar en las pausas. 

Ellas no tienen que ser pasadas ligeramente por
alto, ni ser omitidas, ni para destruir la
melodía ni cambiar la nota tónica.

Si nos decimos con tristeza: No hay música en una
pausa, no olvidemos que con ella se produce.

El hacer música es un proceso lento y penoso en
esta vida.

Adaptación de un texto del libro "Manantiales en
el Desierto"

Enfermedades, proyectos que se paralizan,
interrupciones en nuestras tareas que nos hacen
dudar si podremos continuar, ausencias que nos
congelan, seres queridos que desean partir y que
nos hacen sentir que la vida se quebró...

Pausas... Muchas pausas y luego la melodía sigue.
A veces no tan afinada, otras llena de fuerzas...

Una canción que por momentos tiene estrofas del
Himno a la Alegría y en otros de la Canción del
Adiós...

De pausa en pausa la música sigue y con el tiempo
llega a convertirse en la mejor sinfonía.

Notas que van y vienen y a veces salpican...

Y en éso nuevamente una pausa interrumpe nuestra
obra...

Podemos decidir dejar de componer esta canción de
la vida o podemos en esas pausas buscar los
acordes mejores para seguir cantando, fuertes, sin
que nos tiemble la voz, con ansias, aún cuando
por momentos nuestra melodía pueda parecerse a un
grito...

Quizás algunas personas puedan componer su obra
sin reparar demasiado en ella en cambio el mejor
músico es el que logra encontrar en cada pausa la
escencia que le permite componer un himno a la
vida.








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